El deterioro del estacionamiento del Estadio Universitario es cada vez más evidente y ha provocado indignación entre estudiantes, maestros y aficionados que utilizan diariamente este espacio. Con capacidad para más de 3 mil 600 vehículos, el área se ha convertido en un escenario de cráteres que, en lugar de facilitar la movilidad, la complican.
Usuarios señalan que los megabaches no solo entorpecen el tránsito dentro del estacionamiento, sino que también representan un riesgo para los automóviles y la seguridad de quienes circulan por la zona. Las quejas aumentan durante los días de lluvia, cuando los hoyos quedan cubiertos de agua y provocan daños frecuentes a los vehículos.
Promesas políticas y falta de acción con el estadio
El contraste entre las promesas y la realidad ha encendido la molestia ciudadana. El gobernador Samuel García, en reiteradas ocasiones, aseguró que modernizaría el “Volcán”. Sin embargo, el estacionamiento del recinto, símbolo deportivo y universitario, se mantiene en el abandono.
Para muchos, el incumplimiento de estas promesas refleja la falta de atención a las necesidades básicas de los estudiantes y de la afición de Tigres y Amazonas, que acuden semana tras semana a un espacio deteriorado. El mal estado del estacionamiento se percibe como una muestra clara de que las prioridades gubernamentales no siempre coinciden con las de la ciudadanía.
Sigue el caos. El hartazgo por el transporte público sigue creciendo en NL. Colonos de San Jorge bloquearon Ruiz Cortines para exigir que camiones se detengan, mientras en Apodaca una estudiante de la UANL frenó una unidad de la Ruta 213 que ignoraba las paradas.
— La Sierra Madre (@LaSierraMadre_) August 19, 2025
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La peor parte, hacia Barragán
Los usuarios aseguran que la zona poniente, frente a facultades como Biología, Química e Ingeniería Civil y cercana a la Avenida Manuel L. Barragán, es la más dañada. Ahí se concentran los megabaches de mayor tamaño, que llegan a superar los tres metros de diámetro.
Francisco, estudiante universitario, lo resume con frustración: “Aquí no hay manera de librarse. Tarde o temprano caes en un bache”. Además, la falta de cajones de estacionamiento delimitados obliga a muchos a dejar sus autos en áreas de terracería o incluso en los carriles de circulación.
En días de partidos, el caos se multiplica. El estacionamiento se cierra con horas de anticipación y solo se permite el ingreso de aficionados, quienes de todos modos deben enfrentar el mismo problema: los cráteres que afectan la movilidad y el orden en el área.
Contraste con otras áreas
Mientras tanto, en otras partes de Ciudad Universitaria, como la Avenida Pedro de Alba, se observa una infraestructura en buenas condiciones. Carriles pavimentados, ciclovías y cruces peatonales contrastan con la situación en el estacionamiento del estadio, lo que genera más inconformidad entre los estudiantes.
Erick, alumno de la Facultad de Química, recordó que desde su ingreso, hace tres años, ya existían baches en el estacionamiento. Ahora son más grandes y numerosos. “Lo peor es cuando llueve, porque no se ven los pozos y muchos autos terminan dañados”, señaló.
Este contraste resalta la percepción de abandono: mientras se destinan recursos a obras visibles dentro del campus, el estacionamiento del “Volcán” permanece olvidado, pese a que es uno de los espacios más utilizados.
Urgencia de mantenimiento inmediato al estadio
Especialistas en movilidad advierten que los megabaches no solo representan un riesgo para los vehículos, sino también para los peatones que transitan entre los autos. Una caída o un accidente dentro del estacionamiento podría tener consecuencias graves.
Los usuarios piden reparaciones inmediatas y no únicamente promesas de proyectos de modernización a futuro. Para la comunidad universitaria y la afición felina, el mantenimiento del estacionamiento es una necesidad básica y urgente.
La exigencia es clara: que se atienda cuanto antes este problema y que el Estadio Universitario, orgullo de la UANL, deje de estar rodeado de cráteres.
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