El tema del drenaje en Nuevo León volvió a colocarse en el centro del debate público y político. Mientras la ciudadanía denuncia fugas constantes, olores desagradables y calles convertidas en focos de insalubridad, la paraestatal Agua y Drenaje (AyD) intenta justificar un posible aumento en las tarifas. La propuesta ha generado un fuerte rechazo de diputados locales, colectivos ciudadanos y especialistas, quienes advierten que antes de hablar de más cobros, se deben atender las fallas que hoy tienen colapsado el sistema.
La indignación crece porque, a pesar de que el organismo recibe ingresos millonarios por concepto de cobros, las condiciones del servicio empeoran. Colonias enteras reportan fugas de aguas negras, hundimientos de calles y brotes de bacterias, lo que convierte un problema de infraestructura en un riesgo directo para la salud pública.
Crisis del drenaje en Nuevo León
Los legisladores señalaron que no hay condiciones para que Agua y Drenaje piense en aumentar tarifas, pues el drenaje se encuentra en su peor estado en décadas. En la zona metropolitana, se reportan constantemente colapsos en tuberías, encharcamientos con aguas residuales y fallas en plantas de tratamiento.
La asociación Redes Quinto Poder expuso que la paraestatal acumula un récord de reportes por fugas y hundimientos, sin que exista claridad sobre en qué se destinan los recursos. Ante este panorama, pidieron que el organismo transparente sus gastos y explique por qué, en lugar de invertir en reparaciones urgentes, se enfoca en justificar ajustes al alza en los recibos.
La situación ha llegado a tal grado que algunos ciudadanos comparan las calles afectadas con zonas de desastre, señalando que los olores fétidos y la presencia de aguas negras convierten la vida diaria en un reto para miles de familias.
Agua y Drenaje, antes un orgullo para Nuevo León, ahora un desastre. Fugas, sobre cobros, tarifas arbitrarias… Pero eso sí, todos en campaña para el 2027.
— Masiosare Mty (@maravelox) September 9, 2025
Reclamos contra Samuel y Barragán
El gobernador Samuel García y Juan Ignacio Barragán, titular de AyD hasta hace unas semanas, han sido el blanco de críticas. Para diputados y colectivos ciudadanos, ambos han mostrado prioridades equivocadas. Mientras se destinan más de 500 millones de pesos en señalética para turistas rumbo al Mundial 2026, los problemas del drenaje se mantienen sin solución.
Barragán, pese a los cuestionamientos y a múltiples llamados para dejar el cargo, fue reubicado en otra posición dentro del mismo organismo, lo que desató la molestia de ciudadanos que consideran que debió rendir cuentas y no recibir un nuevo nombramiento. Para ellos, este movimiento es un reflejo de la falta de compromiso con una crisis que afecta a todos los habitantes del estado.
Los reclamos se centran en la idea de que el gobierno estatal ha sido más hábil en el discurso que en las soluciones. Mientras Samuel presume proyectos de gran escala o inversiones para infraestructura deportiva, la realidad de los vecinos en colonias de Monterrey, Guadalupe, Escobedo y San Nicolás es la misma: fugas que tardan semanas en repararse y calles en condiciones insalubres.
Diputados piden frenar aumentos
La postura del Congreso local ha sido clara: no puede haber aumentos en tarifas mientras no se resuelva la crisis del drenaje. Diputados de distintas bancadas han coincidido en que la gente no puede pagar más por un servicio deficiente y, en muchos casos, inexistente.
En tribuna, legisladores recordaron que AyD es un organismo que debería garantizar agua potable de calidad y un sistema de alcantarillado eficiente, pero que en la práctica ha dejado a deber en ambas áreas. Señalaron que un incremento de tarifas sería un castigo a los ciudadanos, quienes ya sufren las consecuencias de la mala planeación y del abandono en mantenimiento.
Además, pidieron revisar si existen presuntas irregularidades en el manejo financiero del organismo. Los llamados a una auditoría se intensifican, pues hay sospechas de que los recursos no están siendo aplicados con la transparencia y eficiencia necesarias.
Ciudadanía exige soluciones
La presión ciudadana también se hace sentir. Vecinos de diferentes colonias han compartido imágenes y videos donde se aprecian fugas de aguas negras recorriendo calles y banquetas, así como reportes de infecciones estomacales y enfermedades respiratorias vinculadas a la exposición prolongada con estos desechos.
Las denuncias en redes sociales reflejan el hartazgo: “Nos cobran más y vivimos entre aguas negras”, “AyD no responde a reportes en semanas”, “La insalubridad está en cada esquina”, son algunos de los comentarios más comunes.
Frente a este escenario, la gente no solo exige que se detengan los aumentos, sino que se priorice una estrategia de fondo para rehabilitar el drenaje. Los especialistas sugieren planes de modernización de tuberías, mejoras en las plantas de tratamiento y la implementación de tecnologías de monitoreo que permitan detectar fugas de forma inmediata.
El problema, sin embargo, es la falta de voluntad política y administrativa. Mientras tanto, la crisis crece y la calidad de vida de los regiomontanos se deteriora.
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