- Crecen Dudas Por Gasto En Meta Y Facebook
- Legalidad En Entredicho Por Campañas De Autopromoción
- Cuestionamientos Por Prioridades Y Transparencia
La publicidad de Samuel García en redes sociales se ha convertido en uno de los temas más polémicos de su gestión. Desde 2020, el gobernador de Nuevo León ha invertido millones de pesos en su promoción personal, utilizando las plataformas de Meta, principalmente Facebook e Instagram, para proyectar una imagen familiar y cercana a la ciudadanía.
Crecen Dudas Por Gasto En Meta Y Facebook
De acuerdo con los registros públicos de Meta, la publicidad de Samuel García ha representado un gasto de más de 33 millones de pesos en los últimos cinco años.
Tan solo en la última semana, el mandatario destinó alrededor de medio millón de pesos en anuncios diseñados para reforzar su perfil como gobernante. En ellos aparece junto a su hija y su esposa, en imágenes que apelan a la empatía y a la identidad familiar.
Esta estrategia de promoción personal forma parte de una campaña digital constante que busca mantener su presencia en redes, incluso en medio de las críticas por los problemas de movilidad, seguridad y transparencia en el estado.
La publicidad de Samuel García, sin embargo, no proviene de presupuestos públicos, según el propio gobernador, sino de recursos personales provenientes de sus empresas privadas.
La explicación no ha convencido a todos. Diversos analistas han señalado que, aunque se trate de dinero propio, la magnitud del gasto y el objetivo de autopromoción podrían violar principios de equidad y transparencia establecidos en la ley.

Empresas Privadas Y Promoción Personal Del Gobernador
El discurso oficial sostiene que la publicidad de Samuel García se financia con recursos personales y que el gobernador no percibe sueldo de su cargo público.
La administración estatal asegura que los gastos en Meta y Facebook se cubren con los ingresos de las empresas de las que el mandatario sigue siendo socio. Sin embargo, la falta de claridad en los registros financieros mantiene abierta la duda sobre la procedencia de esos fondos.
Algunas de las empresas relacionadas con el mandatario han sido señaladas anteriormente por operaciones poco claras. Para los críticos, esto representa un conflicto ético, ya que el dinero utilizado en promoción personal podría provenir de actividades que no han sido auditadas de forma independiente.
A esto se suma que el propio Samuel García se ha beneficiado de la exposición que le brinda Meta, donde ha consolidado una base de seguidores mucho mayor que la de otros políticos locales.
La publicidad de Samuel García no solo promueve logros de gobierno, sino también mensajes de carácter emocional que lo muestran como “padre ejemplar” o “líder joven”. Este enfoque, según especialistas en comunicación política, apunta más a la construcción de una marca personal que a una estrategia de comunicación institucional.
Legalidad En Entredicho Por Campañas De Autopromoción
El gasto millonario destinado a la promoción personal del gobernador ha sido motivo de análisis por parte de expertos en comunicación y derecho electoral.
Gustavo López Montiel, académico del Tecnológico de Monterrey, advierte que la publicidad de Samuel García podría considerarse ilegal, ya que implica un beneficio político para un funcionario en ejercicio.
Aunque los recursos sean privados, la finalidad es pública: fortalecer su imagen como gobernante.
López Montiel explicó que la promoción personal de un servidor público, incluso si se realiza con fondos propios, puede constituir una violación a la normativa electoral si busca obtener ventaja sobre otros actores políticos.
En este sentido, el gasto realizado en Meta y Facebook podría interpretarse como una forma de propaganda anticipada o como uso indirecto del cargo con fines personales.
La autoridad estatal, por su parte, defiende la legalidad de las campañas, asegurando que los recursos no provienen del erario. No obstante, hasta ahora no ha presentado documentación pública que acredite los movimientos financieros ni las declaraciones fiscales que respalden el supuesto origen privado del dinero.

Meta Reporta Incremento De Gasto En La Publicidad De Samuel García
Según la base de datos de Meta, el gasto del gobernador en publicidad en redes ha ido en aumento desde 2020.
De los más de 50 millones registrados en anuncios relacionados con su imagen, 33 millones fueron pagados por él mismo, mientras que el resto se distribuye entre aportaciones del gobierno estatal, Movimiento Ciudadano y campañas anteriores.
La publicidad de Samuel García supera la de otros políticos del mismo partido, como Jorge Álvarez Máynez y Pablo Lemus.
Esta diferencia refleja una estrategia personal más agresiva en términos de visibilidad digital, con campañas permanentes que buscan posicionarlo como una figura de referencia nacional.
En contraste, su administración ha sido criticada por los constantes problemas en la Línea 4 del Metro, el aumento de la inseguridad y las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación por anomalías en el gasto público.
Cada anuncio en Meta representa una inversión significativa. En promedio, una campaña de video o imagen alcanza los 150 mil pesos en Facebook y hasta 200 mil en Instagram.
En un contexto de crisis presupuestaria, este nivel de gasto en promoción personal resulta contradictorio con el discurso de austeridad que el propio gobernador ha promovido.
Cuestionamientos Por Prioridades Y Transparencia
El debate sobre la publicidad de Samuel García va más allá del dinero.
Lo que está en juego, según especialistas, es la transparencia de los recursos utilizados y la ética detrás de la promoción personal de un funcionario público.
El uso sistemático de plataformas como Meta y Facebook para fortalecer una imagen política plantea un dilema entre libertad individual y responsabilidad institucional.
En medio de denuncias por presunta triangulación de recursos y vínculos empresariales, la insistencia del gobernador en presentarse como un líder moderno y familiar parece un intento por desviar la atención de los problemas reales del estado.
Mientras se invierten millones en publicidad, la ciudadanía enfrenta transporte deficiente, inseguridad y falta de obras prioritarias.
La publicidad de Samuel García, financiada con dinero cuyo origen sigue sin esclarecerse, refleja la distancia entre la narrativa oficial y la realidad social.
La promoción personal, disfrazada de cercanía, termina por convertirse en un instrumento político que beneficia más a su imagen que a la población que dice representar.
En un momento en que Nuevo León exige transparencia, el uso de millones en campañas digitales se percibe como una muestra de las verdaderas prioridades del gobierno estatal: mantener la visibilidad antes que rendir cuentas.
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