El Río Santa Catarina, uno de los últimos pulmones verdes de la metrópoli, vuelve a ser víctima de maquinaria pesada. Mientras el Gobierno estatal insiste en sus planes de “rehabilitación urbana”, colectivos ambientales denuncian que se trata de un desmonte ilegal, realizado sin autorización ni estudio de impacto ambiental, que amenaza con deteriorar aún más el ecosistema del cauce.
Colectivos Documentan Tala Y Remoción De Vegetación
La organización ciudadana “Un Río en el Río” alertó sobre la presencia de maquinaria estatal en al menos dos puntos del cauce, donde se efectuaron trabajos de remoción de árboles y maleza.
El primer sitio se ubica a la altura de Morones Prieto y Doctor Raúl Calderón, mientras que el segundo se encuentra entre Morones Prieto y Loma Larga. En ambos lugares, el paisaje natural fue sustituido por terracería y restos de vegetación arrancada.
De acuerdo con los activistas, las áreas afectadas coinciden con las ubicaciones de los futuros puentes peatonales que el Gobierno del Estado planea construir sobre el río, licitados a inicios de septiembre.
La denuncia, respaldada con fotografías y videos, fue acompañada de una exigencia directa: detener los trabajos y presentar la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que la ley exige para cualquier intervención en un cauce federal.

Autoridades Guardan Silencio Pese A Las Acusaciones
Hasta ahora, la Secretaría de Medio Ambiente estatal no ha emitido respuesta oficial. El Gobierno solo declaró que las acciones correspondían a “labores de limpieza”, una justificación que fue rechazada por los colectivos.
Según los activistas, la magnitud del desmonte —con maquinaria pesada y retiro de árboles fuera de las rampas de acceso— demuestra que no se trató de una limpieza, sino de una obra no autorizada.
“Estos trabajos no tienen respaldo técnico ni permisos federales. Están alterando un ecosistema protegido y lo hacen con total opacidad”, denunció el colectivo Un Río en el Río, señalando la falta de transparencia del gobierno estatal.
Sin Manifestación De Impacto Ambiental, No Hay Control De Daños
La ausencia de una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) aprobada por la Semarnat impide conocer los riesgos que las obras podrían causar al ecosistema. Dicho documento es indispensable para evaluar cómo los proyectos afectan el suelo, la flora y la fauna del lugar.
Sin este requisito, las acciones gubernamentales en el Río Santa Catarina violan la normativa federal, lo que podría implicar sanciones y responsabilidad administrativa.
A pesar de ello, la maquinaria estatal continuó operando varios días, hasta que fue retirada aparentemente por orden interna. No obstante, los daños ya estaban hechos: tramos de vegetación eliminados y árboles arrancados que durante años habían resistido el abandono institucional.
Río Santa Catarina: Entre El Progreso Y El Ecocidio
Lo que para el gobierno es una “intervención urbana”, para los colectivos es una agresión ecológica.
El Río Santa Catarina cumple funciones esenciales para el equilibrio ambiental del área metropolitana: regula el flujo pluvial, ayuda a recargar los mantos freáticos y ofrece refugio a especies nativas.
Cada vez que su lecho es modificado, aumentan los riesgos de erosión, pérdida de biodiversidad y mayores inundaciones, advierten expertos en conservación.
La intervención reciente no es un hecho aislado. Desde hace años, diversos proyectos —comerciales, viales y recreativos— han intentado instalarse en el cauce, siempre bajo el argumento del “progreso”. Sin embargo, ninguna de esas propuestas ha presentado estudios ambientales sólidos ni soluciones sustentables de largo plazo.
Un Patrón De Opacidad En Las Obras Estatales
El patrón se repite: primero la obra, luego la justificación.
Activistas señalan que las acciones del Gobierno de Samuel García siguen una tendencia de actuar sin consultar a la ciudadanía ni informar sobre los permisos correspondientes.
En el caso del Río Santa Catarina, aseguran que el discurso oficial es inconsistente. Mientras el gobernador presume compromiso ambiental en sus redes sociales, su administración avanza con proyectos que devastan áreas verdes.
“Dicen que limpian, pero lo que vemos es deforestación. Cambian los árboles por concreto y después hablan de sustentabilidad”, criticó uno de los representantes del colectivo ambiental.
🌳 Sin estudios ambientales ni permisos, Samuel continúa desmontando zonas del Río Santa Catarina. Colectivos denuncian tala y remoción de vegetación para proyectos inmobiliarios. ¿Qué nos oculta el gobierno?
— La Sierra Madre (@LaSierraMadre_) October 8, 2025
¿Hasta cuándo seguirá cometiendo delitos? pic.twitter.com/vt1DDp7ski
Ciudadanía Y Organizaciones Piden Frenar La Destrucción
Ante la falta de respuestas, varios grupos de defensa ambiental preparan nuevas denuncias ante la Semarnat y la Profepa, exigiendo que se suspendan los proyectos en el cauce hasta contar con los estudios requeridos.
Además, planean una jornada de documentación abierta para registrar el estado actual del río y reunir evidencia de las afectaciones.
“El Río Santa Catarina no necesita ser intervenido, necesita ser protegido”, señalaron los colectivos en un comunicado conjunto. “Monterrey enfrenta temperaturas extremas y falta de áreas verdes; desmontar el río es agravar el problema”.
Los vecinos de colonias cercanas, como Loma Larga y Contry, también expresaron su preocupación por el riesgo que implica sustituir vegetación natural por estructuras de concreto en una zona históricamente vulnerable a las crecidas pluviales.
El Futuro Del Río Santa Catarina
La falta de información oficial sobre los proyectos y la ausencia de una MIA alimentan la incertidumbre. Lo que comenzó como una supuesta mejora urbana podría convertirse en otro caso de expansión sin control.
Por ahora, los trabajos en las dos zonas afectadas están suspendidos, pero los colectivos temen que se reanuden en cualquier momento.
Mientras el Gobierno insiste en que las obras “no representan riesgo ambiental”, la realidad muestra otra cosa: menos árboles, más tierra removida y un río que cada vez se ve más como terreno de construcción que como espacio natural.
El Río Santa Catarina, símbolo de resiliencia para los regiomontanos, enfrenta una nueva amenaza que pone a prueba el compromiso ambiental del Estado. Su futuro dependerá, una vez más, de la presión ciudadana y de la voluntad política para hacer las cosas con responsabilidad y legalidad.
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